En la última campaña de excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad de Basti, en 2006, se descubrieron los restos de una iglesia visigoda, construida sobre los restos de una basílica romana, en el lado este del foro. Basti fue uno de los enclaves más importantes en la penetración hacia el interior de las tropas bizantinas enviadas a la Península por Justiniano I, en el año 555, en ayuda de Agila, pretendiente al trono visigodo. En sus cercanías el rey Leovigildo, en el 570, las venció en una batalla que supuso el inicio de su repliegue hacia su base de Cartagena y su posterior regreso a Bizancio.
En un yacimiento arqueológico conocido como El Cerro del Quemado se encontró un fragmento de mármol, con una inscripción alusiva al obispo Eusebio, uno de los obispos de la diócesis bastetana, asistente a los concilios IV, V y VI de Toledo, entre los años 633 y 638. Se trata de la primera evidencia arqueológica de la existencia de la silla episcopal bastetana.
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Los contenidos de esta sala se centran en los hallazgos recientes llevados a cabo en las excavaciones que se vienen realizando en Basti, que dieron como resultado el hallazgo de varias estancias en el entorno del antiguo foro romano y una posible iglesia, que han aportado piezas cerámicas de cocina y almacenamiento, elementos arquitectónicos, útiles metálicos de carácter doméstico y agrícola, e interesantes piezas de hueso, magníficamente trabajadas. Mención a parte merece el fragmento de mesa de altar del obispo bastetano del siglo VII Eusebio, encontrado en el yacimiento conocido como Cerro del Quemado.