Descripción

Los repobladores, cristianos viejos, trajeron consigo sus costumbres foráneas. Cambió la forma de trabajar la tierra, cambiaron los cultivos, dejando paso la agricultura de regadío al cereal de secano, adquirió fuerte presencia la ganadería extensiva, y el urbanismo abigarrado de las viejas medinas dejó paso a las nuevas trazas de la arquitectura monumental del Renacimiento. Mientras tanto la población morisca, ahora relegada al papel de pueblo sometido, trataba de mantener vivo su viejo y rico legado, truncado definitivamente con su expulsión en 1609, durante el reinado de Felipe III.