En el siglo VI los visigodos se establecieron en la Península Ibérica, tras la derrota del rey Alarico frente a Clodoveo, en la Galia. Inicialmente instalados en este territorio, la llegada de los francos obligó a su desplazamiento al sur de los Pirineos. #
Fue el inicio de un período aproximado de dos siglos en el que la población visigoda (de origen germánico) se integró con la autóctona, hispano-romana, adaptando sus leyes y costumbres al derecho que ellos mismos aportaban. Establecieron su capital en Toledo, ciudad desde la q controlaron la administración del reino. #
En el momento en que los visigodos llegaron a la Península, el territorio estaba habitado por otros pueblos germánicos, que habían llegado previamente en una primera oleada migratoria. Era el caso de los suevos (establecidos en la actual Galicia), los vándalos (en el sur de la Península) y los alanos (en el centro). Los primeros fueron los únicos que, en principio, resistieron al avance visigodo, ya que los vándalos huyeron al Norte de África y los alanos, simplemente, desaparecieron. #
En la historia de los visigodos en la Península Ibérica hay que distinguir dos etapas, diferenciadas por la tendencia religiosa del poder. Desde un primer momento, cuando los visigodos se convierten al Cristianismo, lo hacen bajo el credo arriano. Su característica principal era la negación de la consustancialidad de Dios y Cristo; es decir, que fueran una misma persona. De esta manera, Jesús quedaría subordinado al Padre. #
La monarquía que regía el universo visigodo era electiva. El rey era elegido por un consejo, aunque existieron intentos por hacerla hereditaria. Esta circunstancia provocó numerosas luchas internas, lo que debilitó la institución. A pesar de ello, hubo monarcas muy destacados durante este período arriano, como fue el caso de Atanagildo, en cuyo reinado se produjo la invasión del sur de la Península por parte de los bizantinos de Justiniano. Pero, por encima de todos, brilló con luz propia la figura de Leovigildo. Bajo su mando, desapareció el poder suevo en Galicia, quedando la Península prácticamente unificada, a excepción de los territorios bajo poder bizantino. #
En la última campaña de excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad de Basti, en 2006, se descubrieron los restos de una iglesia visigoda, construida sobre los restos de una basílica romana, en el lado este del foro. Basti fue uno de los enclaves más importantes en la penetración hacia el interior de las tropas bizantinas enviadas a la Península por Justiniano I, en el año 555, en ayuda de Agila, pretendiente al trono visigodo. En sus cercanías el rey Leovigildo, en el 570, las venció en una batalla que supuso el inicio de su repliegue hacia su base de Cartagena y su posterior regreso a Bizancio. #
En un yacimiento arqueológico conocido como El Cerro del Quemado se encontró un fragmento de mármol, con una inscripción alusiva al obispo Eusebio, uno de los obispos de la diócesis bastetana, asistente a los concilios IV, V y VI de Toledo, entre los años 633 y 638. Se trata de la primera evidencia arqueológica de la existencia de la silla episcopal bastetana. #
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Los contenidos de esta sala se centran en los hallazgos recientes llevados a cabo en las excavaciones que se vienen realizando en Basti, que dieron como resultado el hallazgo de varias estancias en el entorno del antiguo foro romano y una posible iglesia, que han aportado piezas cerámicas de cocina y almacenamiento, elementos arquitectónicos, útiles metálicos de carácter doméstico y agrícola, e interesantes piezas de hueso, magníficamente trabajadas. Mención a parte merece el fragmento de mesa de altar del obispo bastetano del siglo VII Eusebio, encontrado en el yacimiento conocido como Cerro del Quemado.
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